jueves, 4 de diciembre de 2014

Pablo Iglesias ha leído a Aristóteles

     El miércoles 3 de diciembre Francisco García Pérez publicó en La Nueva España, concretamente en su sección fija "Lo que hay que oír", el artículo "Pablo Iglesias y el discurso clásico". El escritor y periodista analiza el discurso del líder de Podemos a través de una argumentación lógica y muy bien estructurada.

     García Pérez comienza explicando de qué va a hablar y por qué. Analizará la intervención de Pablo Iglesias en el acto de clausura de la reciente Asamblea de Podemos, fijándose en la forma y no en el contenido. ¿Por qué? Como reacción a un artículo de Santos Juliá titulado "Mucha frase, ningún discurso", en el que dice que Pablo Iglesias "ha subvertido la oratoria política. Fuera la estructura y las figuras del discurso".

     Según García Pérez sí hay un discurso, que incluso llega a calificar de clásico. Afirma que la intervención no subvierte las reglas de la oratoria política, se atiene a una estructura muy definida y, además, está repleta de figuras discursivas. Para el escritor, se trata de un discurso novedoso que sigue las normas de la retórica clásica. Piensa que si es criticado es precisamente porque se aleja de los discursos convencionales (grandilocuentes y pomposos por fuera, vacíos por dentro) a los que otros políticos nos tenían acostumbrados.

     García Pérez comienza la argumentación en la que sustenta su opinión de manera muy didáctica, como si se tratara de una clase. Parte de la definición de la RAE de "discurso". Después, dice que el discurso de Iglesias es tan clásico que pudo distinguir en él las submodalidades del mismo, que son las siguientes:

  • Arenga. Discurso de tintes militares que busca exaltar al oyente.
  • Perorata. Discurso largo, molesto, sin contenido. Tiene un claro valor despectivo.
  • Prédica. Discurso ligado en su origen a la figura del predicador y, por lo tanto, a la religión.
  • Sermón. También con un valor despectivo, se trata de un discurso paternalista, de origen religioso, en el que se busca aleccionar al oyente, llevarle por el "buen camino".
  • Exhortación. Con presencia en el mundo militar, se trata de aquel discurso que pretende mover al receptor a hacer algo determinado.
   
     Sin embargo, García Pérez se equivoca al decir que "la estructura a la que se atuvo [...] es, asimismo, la que se enseña en las escuelas". Y es que, lamentablemente, las clases de oratoria brillan por su ausencia en las aulas. Por otro lado, está acertado al destacar el uso de eslóganes en el discurso de Pablo Iglesias. Además, subraya que son muy utilizados en la propaganda política.

     García Pérez hace hincapié en las caídas de intensidad bien medidas, mediante neologismos creativos, pleonasmos, "gracietas", expresiones del común, ejemplos ilustrativos o citas. Pero, para el articulista, la figura retórica que sobresale entre las demás es la anáfora. García Pérez vuelve a mostrar su faceta más didáctica y da otra definición. A continuación, cita algunas de las anáforas que se ha encontrado en la intervención. Por último, acaba diciendo que el discurso es "tan clásico como la anáfora que acabo de usar".

Si quieren leer el artículo de Francisco García Pérez, está disponible a través de este enlace. Y si les apetece compararlo con el de Santos Juliá, aquí.




miércoles, 3 de diciembre de 2014

Javier Marías: afirmaciones demasiado rotundas sobre la publicidad

   Javier Marías es un escritor, traductor y editor español, miembro de la Real Academia Española. Además, escribe en "La zona fantasma", sección fija en El País Semanal. En el más reciente de sus artículos, "Mira lo que hago", Marías da su opinión sobre la publicidad. Parte de una anécdota para iniciar su reflexión. Habla de la fotografía que ilustraba el reportaje de Guillermo Altares del 1 de octubre en El País. En ella, un numeroso grupo de personas se agolpa frente a La Gioconda, en el Museo del Louvre. De ese conjunto tan solo tres personas están mirando el cuadro en ese momento. El resto, han sido captadas fotografiándolo. El escritor critica que la gente trate de capturar cada momento con las cámaras de sus teléfonos móviles. De todos modos, peor aún le parece la moda de los selfies. Sin embargo, es muy arriesgado sentenciar que por querer fotografiar el cuadro o fotografiarse junto a él, esas personas no van a apreciar su calidad artística.

     El escritor comienza hablando de algo muy concreto para, en el párrafo siguiente, hacer la siguiente afirmación: "una de las causas de la imbecilización del mundo es la publicidad". Sostiene que la gente quiere parecerse a las personas de ficción que aparecen en los anuncios televisivos, y echa la culpa a la publicidad. Además, asegura que de este modo se han popularizado dos slogans que califica de nefastos: "Yo estuve allí" y "Este es un acontecimiento histórico e irrepetible". Sin embargo, Marías se equivoca. En primer lugar, parece simplista culpar a la publicidad del afán de las personas por parecerse a otras que creen mejores en un aspecto u otro de su vida. Por otra parte, ninguna de esos dos enunciados son slogans publicitarios, nunca han aparecido en un anuncio. Tan solo son frases muy populares, que todo el mundo conoce.

     Javier Marías continúa criticando el interés de las personas por decir que han estado presentes en un momento determinado, por ejemplo histórico, como puede ser la caída del Muro de Berlín. Une este pensamiento con el de que la gente es muy ingenua por convencerse de que cada cosa que cuelga en las redes sociales la va a ver todo el universo. Sin embargo, lo que habría que preguntarse es de dónde saca el escritor esta idea. La polémica con las políticas de privacidad de algunas redes sociales, como Facebook, vienen precisamente de la tendencia contraria. La gente no quiere que se comercie con su intimidad. Cuelgan en las redes sociales las fotos que quieren que vean sus amigos, no todo el mundo.

     Por último, dice que esta obsesión por que todo el mundo sepa qué se está haciendo en cada momento es algo muy infantil. Marías dice que le recuerda a los niños que precisan la constante atención de sus padres y afirma: "El niño necesita testigos para asegurarse de que efectivamente está en el mundo y existe". Definitivamente, parece que el escritor no solo no tiene muchos conocimientos sobre psicología infantil sino que, además, no ha sabido argumentar correctamente. Utiliza generalizaciones abusivas y sin fundamento.

Si quieren leer el artículo de Javier Marías, aquí. Y si les apetece echar un vistazo al reportaje de Guillermo Altares, aquí.



jueves, 27 de noviembre de 2014

Conferencia "El periodismo, ¿la profesión más bella del mundo?, Pilar Rubiera

Pilar Rubiera, en el centro de la imagen
     El pasado martes 25 de noviembre la periodista Pilar Rubiera visitó el Campus del Milán para dar la conferencia "El periodismo, ¿la profesión más bella del mundo?". La jefa de la sección de Sociedad, Cultura y Ocio de La Nueva España ofreció a los alumnos del minor de Comunicación algunos consejos y contó su experiencia después de más de 30 años trabajando en el ámbito de la prensa escrita. De la disertación hemos podido extraer los siguientes aforismos:

- El periodista debe cuestionar el poder y desenmascararlo cuando sea necesario.

- Desde un periódico no se puede cambiar el mundo, pero se puede luchar por mejorarlo.

- El periodista no solo cuenta, sino que también interpreta lo que sucede en el mundo.



jueves, 20 de noviembre de 2014

Conferencia "Llanto por Ignacio Sánchez Megías", Andrés Amorós

     El pasado 19 de noviembre se celebró la conferencia "Llanto por Ignacio Sánchez Megías". Presentada por José Luis García Martín, corrió a cargo de Andrés Amorós, ensayista, crítico literario e historiador de la literatura. La disertación giro en torno al poema de tono elegíaco que Federico García Lorca dedicó a su amigo torero, titulado "Llanto a Antonio Sánchez Megías". En la charla se habló de la faceta más intelectual de Sánchez Megías. Aunque no tenía estudios superiores, era una persona muy culta. Además, fue quien hizo posible que los poetas de la generación del 27 se reunieran en Sevilla por el tercer centenario de la muerte de Góngora. Sin embargo, el cartel que anuncia la conferencia hace hincapié en el Sánchez Megías torero. Vemos, sobre el fondo negro, parte de un traje de luces y las letras salpicadas de rojo, representando la sangre. Y es que el torero murió horas después de haber recibido una cornada en el ruedo.

     Si quieren leer el poema de Lorca, aquí.



Mitología como mecanismo publicitario: "Circe"

      En la mitología griega, Circe era una diosa y hechicera que vivía en la isla de Eea. La conocemos principalmente por la Odisea. En la obra, se nos narra la llegada de Ulises y sus hombres a la isla. Cuando desembarcan, el héroe les manda inspeccionar el terreno y aprovisionarse, pero no regresan. La hija de Helios ha convertido a la mayor parte de la tripulación en distintos animales, dependiendo de su naturaleza. Pero Euríloco sospecha de ella desde el principio, y avisa a Ulises y a los hombres que habían permanecido en los barcos. Ulises se dispone a salvarlos en solitario, pero es interceptado por Hermes, quien le dice que debe agregarle una determinada planta al brebaje que le de Circe. Efectivamente, la maga le da de beber y, después, intenta transformarle pero no sucede nada. Tras esto, Ulises saca su espada y le hace jurar que liberará a sus hombres.

Este es el mito que las bodegas Avelino Vegas utilizan para publicitar su vino "Circe". En el cartel publicitario vemos destacado el eslogan "Prueba el hechizo" y, más abajo, un pequeño texto: "El palacio de Circe estaba rodeado de leones y lobos. Su magia convertía a los hombres en el animal que realmente eran. Tan solo Ulises se libró de sus encantamientos y la amó apasionadamente".

El creador del anuncio ha querido jugar con el halo de seducción y misterio que envuelve a la imagen de Circe. Sin embargo, la hechicera también está asociada a aspectos negativos, por lo que no queda claro si elegirla para publicitar el vino es una buena idea. Su magia transformaba a los hombres en los animales que realmente eran. Hay animales, como los leones, asociados con la masculinidad, pero ningún hombre querría que el brebaje de Circe le transformase en un cerdo. Por lo tanto, parece que los publicistas no se han parado a considerar lo que podría pensar la gente que conoce bien la Odisea. Han confiado en que quien vea el anuncio no reflexionará sobre él; tan solo se dejará llevar por el eslogan y las sugerentes imágenes.



Mito y Publicidad

     Mito es una palabra de origen griego que se relaciona con el lenguaje (logos) y con la epopeya (epos). Originalmente significaba "explicación del universo". Los mitos griegos cambian con la llegada del cristianismo. Además, con el paso del tiempo la ciencia va dejando a un lado lo mítico.

     Esta etapa histórica de la explicación mítica está relacionada con la niñez. El ser humano siempre ha necesitado interpretar el funcionamiento de mundo. La ciencia, como se ha señalado, fue explicando mediante la observación y el razonamiento lo que antes era explicado a través de los mitos. Sin embargo, hubo cosas que la comunidad científica no pudo esclarecer.

     Los mitos están estrechamente ligados con la religión, pero también con la psicología, el estudio de la mente humana. Por ejemplo, Sigmund Freud habló del complejo de Edipo. Y es que los mitos funcionan de manera simbólica. Sin ir más lejos, Carl Jung estaba interesado en esta concepción del mito, y estudió sobre los arquetipos colectivos. Es decir, sobre que todos los seres humanos participamos de ciertas fantasías comunes. Es más, las distintas mitologías tiene elementos comunes, incluso en culturas muy distintas y lejanas. Un ejemplo de esto es la historia del diluvio universal. Si bien nosotros la conocemos mayoritariamente a través del Antiguo Testamento, también aparece en la Torá, en la mitología griega, en el poema de Gilgamesh (narración sumeria), en las escrituras védicas de la India o en leyendas de distintos pueblos nativo americanos (mapuches, mayas, mexicas, incas).

     Esta concepción del mito aparece en la literatura y en la publicidad. Por ejemplo, los superhéroes podrían ser el equivalente a los semidioses griegos. Por otro lado, los cuentos tradicionales son también un reflejo de los mitos. Precisamente por eso son tan utilizados para la educación infantil. Además, hay algunos mitos muy presentes en la publicidad. El mito de la fuente de la eterna juventud es muy utilizado para anunciar cosméticos. El del jardín del Edén, para publicitar viajes y perfumes. El del elixir o hechizo amoroso, para vender coches, perfumes o, incluso, desodorantes. Por último, no debemos olvidar la figura del genio, que proviene de la mitología semítica, árabe y judía. Un claro ejemplo de este mito en la publicidad lo encontramos en los anuncios de Don Limpio.



sábado, 15 de noviembre de 2014

Aforismos: "Reloj de pedida", Lola Beccaria

     En esta entrada proseguimos con la temática de los relojes. En esa ocasión, analizaremos un relato de Lola Beccaria para El País Semanal. En las páginas de la revista se hace una extensa publicidad sobre relojes, con imágenes de gran tamaño y vistosos colores. El broche a esta campaña publicitaria es la breve narración "Reloj de pedida". A través de estas líneas, Beccaria nos informa de la historia de los relojes como si de un cuento se tratase. El relato tiene una estructura epistolar. Una voz femenina escribe una carta de amor a Jules, el destinatario, que es inmortal. Se trata de una narración de estilo muy literario, que mezcla elementos fantásticos con elementos realistas. Por otro lado, hay que destacar que la autora utiliza enumeraciones de tres elementos, como solía hacer Valle-Inclán. Además, emplea muchas oraciones cortas, casi como aforismos.



     Ahora, presento una selección de las frases del relato que me han parecido más cercanas a la categoría de aforismo:

"Para quien ama sumido en la duda, el tiempo es un castigo".

"Cada tictac es un acorde de tensión amorosa no resulta".

"El movimiento pendular, tictac, tictac, tictac, tictac, era la perfecta expresión, desesperada, de la incertidumbre de amar".

El gusto por los relojes de Julio Cortázar y José María Valverde

     Como ha podido apreciarse en la entrada anterior, la literatura se ha convertido en el mejor aliado del publicista que tiene que anunciar relojes de lujo. En esta ocasión, veremos el fragmento de Julio Cortázar de "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj" y lo relacionaremos con "Reloj de pulsera", un soneto de José María Valverde que transcribo a continuación.


Ni al desnudarme suelto el leve yugo;
sin reloj ya no sé dormir siquiera.
No tengo libertad, y vano fuera
fingir dejar mi hierro y mi verdugo.

Él me ata a los demás, al mundo activo:
es la rueda en que engrano con la vida.
Si despierto en lo oscuro, su medida
me liga a tierra firme, me hace vivo.

Pero a la vez, con cuchicheo suave,
en secreto me insiste en el recado
de mi muerte y su cita: me recuerda

que me esperan allá, y que cuando acabe,
me escaparé yo solo por mi lado:
libre, entonces no habré de darle cuerda.


     En "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj", Cortázar describía al reloj como "un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo en el aire". Valverde vierte la misma opinión negativa de los relojes en su soneto. Identifica el reloj como un "yugo" y como un "verdugo". Es decir, los dos autores atribuyen cualidades humanas a los relojes, los personifican. En sus creaciones literarias describen su relación con sus relojes como muy estrecha. Es más, para Cortázar es "un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo". Valverde lo asocia primero con la falta de libertad y, finalmente, con la muerte. Y es que solo al morir nos libramos de la tarea de medir el tiempo.




Otra traducción para un fragmento de "Ricardo II"

     La literatura se convierte, esta vez, en la estrategia publicitaria para vender relojes. El por qué es bien sencillo: ya no son algo utilitario sino un símbolo de poder; se han convertido en una joya. Para entender la concepción que tenemos actualmente de los relojes hace falta echar la vista atrás. Como casi todo el mundo sabe, los relojes de más renombre son los suizos. Fue en Suiza donde surgió el calvinismo, vertiente del cristianismo protestante que pone el énfasis en la autoridad de Dios sobre todas las cosas. Antes de la aparición de este sistema teológico, muchos religiosos se dedicaban a la joyería. Pero, tras la implantación del calvinismo, se prohibió a los maestros joyeros continuar con su actividad, pues no producían nada que cumpliese una función concreta. Sin embargo, los relojes tenían una utilidad muy definida por aquel entonces. De este modo, los antiguos joyeros empezaron a dedicarse a fabricar relojes, que adornaban como auténticas joyas. Así, hoy en día, con la generalización en el uso de los teléfonos móviles, los relojes han perdido utilidad pero, a cambio, han recobrado su estatus de joya. Por ello la publicidad de relojes es fastuosa, muy cuidada. De ahí que se emplee la literatura como mecanismo para publicitarlos.

     En una publicación he reparado en algunos relojes anunciados mediante fragmentos de distintas obras literarias como Momo, Ricardo II, Cenicienta Las horas. En este caso, haré mi propia traducción del fragmento de la obra de teatro Ricardo II, de William Shakespeare.

Fragmento original:

"I wasted time, and now doth time waste me;
For now hath time made me his numbering clock:
My thoughts are minutes; and with sighs they jar
Their watches on unto mine eyes, the outward watch,
Whereto my finger, like a dial's point,
Is pointing still, in cleansing them from tears".

Traducción:

"He perdido el tiempo, y ahora él me pierde a mí.
No soy más que el instrumento en el que refleja sus horas.
Mis pensamientos son minutos que, junto con mis suspiros,
controlan el parpadeo de mis ojos,
reloj donde mi dedo, como una precisa aguja,
siempre está dispuesto a limpiar las lágrimas".



lunes, 10 de noviembre de 2014

Reescribiendo un anuncio: Ser fiel a ti mismo es lo que te hace grande

     En esta ocasión, reescribimos un anuncio de LaCaixa, una conocida entidad bancaria. Un ejemplo más de la estrecha relación entre literatura y publicidad.


En la infancia te preguntas:
¿Qué será lo que me hará grande?
Con el transcurso de los años piensas:
tal vez sea el tiempo, el éxito, el reconocimiento;
o quizás la fortuna, la belleza o el dinero.
Pensarás que eres tan valioso como aquello que posees.
Nada más lejos de la realidad.
Porque solo hay algo en el mundo que te hará grande:
Ser tú mismo y dar tu tiempo a los demás.



Aforismos a propósito de "If", de Rudyard Kipling


     Rudyard Kipling (1865-1936) fue un escritor británico nacido en la India. Llegó a escribir relatos cortos, cuentos, novelas y poesía. Sin embargo, se le recuerda sobre todo por sus relatos y poemas sobre los soldados británicos en la India y por sus cuentos infantiles, entre los que destaca  la colección El libro de la selva (1894), posteriormente adaptada al cine. Además, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1907.

     En esta ocasión, extraeremos de uno de sus poemas más conocidos, If, algunos aforismos:

"Confía en ti mismo cuando los demás duden de ti, pero ten en cuenta sus dudas".

"Sueña siempre y cuando no dejes que los sueños te dominen".

"Considera el triunfo y el fracaso de la misma manera, son dos caras de la misma moneda".

"Di la verdad, pero sé capaz de escucharla tergiversada en boca de aquellos que mienten".

"No des a amigos ni enemigos el privilegio de poder hacerte daño".

Aquí, si quieren leer el poema en versión original.



Aforismos a partir de los anuncios de Onda Cero Radio

     Corría el año 1995 cuando, en España, Onda Cero Radio lanzó una magnífica campaña publicitaria por televisión. El punto de unión de dicha campaña, compuesta por cuatro anuncios, era la perspectiva. Jugaban con ella, haciendo distintos símiles entre ésta y el periodismo. Lo que se pretendía dar a entender era el afán de la emisora por la imparcialidad, por la veracidad. Por otra parte, todos los anuncios tenían la misma estructura: una ilusión óptica, una voz en off, la resolución de la misma, un locutor hablando en su puesto de trabajo y un aforismo resultante. Además, la campaña también se apoyaba en el renombre de los locutores que participaban en ella, muy reputados: Concha García Campoy, Julia Otero, Alfredo Urdaci y Luis del Olmo.

     Los aforismos que se han extraído son los siguientes:

"Un acontecimiento se puede magnificar o empequeñecer según la perspectiva con la que se mire".

"A veces, en la información, las apariencias engañan".

"Una misma información puede ser positiva o negativa según como se presente".

"Tener la mirada fija en un único punto de vista puede alterar la dimensión de la información".

Aquí, para visualizar un spot publicitario enmarcado dentro de la campaña arriba mencionada.



martes, 4 de noviembre de 2014

Versificación y comentario de un anuncio de Víctor Botas

     Víctor Botas (Oviedo, Asturias, 1945-1994) fue un escritor perteneciente a la generación del 68. Licenciado en Derecho, se le conoce principalmente por su obra poética. Esta facilidad para el verso se aprecia en el anuncio que el poeta ovetense escribió para la tienda de ropa infantil Pigüi a principios de los años 80. Por eso, en esta entrada trataremos de versificar como Botas lo hubiera hecho este anuncio publicitario en prosa.
 
En aquella Bagdad de Las Mil y Una Noches 
un rico mercader de luengas barbas 
quizás te ofrecería lentas ropas de púrpura 
o sedas temblorosas, tan frescas como el agua. 
Pero esto no es Bagdad ni tampoco nosotros
un rico mercader
(has de fijarte: en Pigüi
no tenemos siquiera un mal mostacho
que llevar a la boca).
Así que sólo moda
de esa «prêt-à-porter» podemos ofrecerte;
moda igual a la de
alguna que otra tienda —no son muchas—
de esta ciudad prosaica y burguesota.

(Bueno, igual del todo no:
lo nuestro —ya me entiendes —suele ser
un poquitín distinto).


     El comienzo del anuncio es como el de un cuento tanto en el contenido como en la forma, pues se emplea la letra capitular. De hecho, Las Mil y Una Noches es una recopilación de los más famosos cuentos tradicionales de Oriente Medio en la que se utiliza la técnica del relato enmarcado.
          
     Por otro lado, en el anuncio la adjetivación es la propia de los poemas. Un ejemplo es "lentas ropas de púrpura". La ropa de los dignatarios es pesada y, además, estos se mueven lentamente para mostrar poder. Además, muchos altos cargos, como los cardenales, van vestidos con color púrpura.  En cuanto a "sedas temblorosas" y "tan frescas como el agua", el poeta se refiere a que la ropa fabricada con este material es muy liviana y fluida.

     Tras este principio de ensueño, Botas da paso a la realidad. Utiliza el paréntesis, como es habitual en él, para introducir la ironía. Además, emplea un juego de palabras, entre "mostacho" y esas "luengas barbas" del comienzo, y una frase hecha en "que llevar a la boca". Asimismo, debemos fijarnos en la expresión francesa prêt-à-porter, que literalmente significa "listo para llevar". También destaca la palabra "burguesota", que en este caso tiene un valor despectivo.

     Por último, cabe mencionar el final anticlimático, entre paréntesis. Es un final "en voz baja", nada rotundo. Está envuelto en un tono confesional. Destaca en él la palabra "poquitín", cuya terminación en "-in" es un rasgo dialectal de Asturias. Así, queda claro que este final se contrapone claramente con ese comienzo de maravilla.

     Aunque pueda no parecerlo a primera vista, este anuncio es efectivo, pues llama la atención por su originalidad. En un periódico, el lector se fijaría en el texto y, de este modo, distinguiría este anuncio por su forma de cuento, diferenciándolo de otros más típicos. Y es que, hoy en día, somos bombardeados con anuncios que, en su mayoría, olvidamos al poco tiempo. La meta de un buen publicista debe ser no dejar indiferente.



miércoles, 29 de octubre de 2014

"La pasión del editor": corrección de los aforismos de algunos compañeros

     El trabajo de un buen editor es corregir el texto que le proporciona el autor de manera que las ideas queden expresadas de forma correcta, tanto en la forma como en el contenido. A raíz de la conferencia de Jaume Vallcorba, mis compañeros de clase escribieron algunos aforismos. En esta entrada, trataré de poner en práctica el oficio de editor, corrigiéndolos pero sin alterar lo que quisieron reflejar en un primer momento.

Aforismo original: "El lector que ayude a pulir la obra".
Corrección: "El editor debe ser un primer lector que ayude a pulir la obra".

Aforismo original: "El trabajo del editor consiste en reunir todo aquello que el autor le proporciona y modificarlo de forma que sea percibido como una sola unidad".
Corrección: "El trabajo del editor consiste en modificar la obra del autor de manera invisible; debe mejorar el continente, no el contenido".

Aforismo original: "La lectura de antiguos libros nos conecta con el "yo" del pasado y nos reconforta".
Corrección: "Releer las obras que nos admiraron nos reconcilia con el pasado y nos reconforta".



Aforismos a propósito de "La pasión del editor"

     Jaume Vallcorba fue un filólogo y editor español que fundó las editoriales Quaderns Crema y Editorial Acantilado. Poco antes de su muerte dio una conferencia en la que detalló las que, para él, eran las claves de su profesión. El fruto de la ponencia son las siguientes ideas, que pretenden sintetizar lo que pensaba el catalán.

1.- Hojear un viejo libro puede convertirse en el viaje a través de toda una vida.

2.- a) La lectura de un libro puede ser una experiencia transformadora y es que, en unos pocos volúmenes, podemos sintetizar el pensamiento humano.
     b) La calidad de la edición de un libro es vital si queremos que su contenido sea recordado.
     c) Internet es un pozo sin fondo de oportunidades en el que, muy a menudo, se pierden los libros sin (un buen) editor.

3.-El marco moldea el contenido de un libro, lo hace accesible para el lector y le predispone a un tipo u otro de lectura.

4.-Para que un clásico lo sea plenamente un editor debe darle la forma adecuada. Le da el regalo, además, de poder estar en comunión con sus semejantes.

5-.-En cada libro hay contenida una visión del mundo. Los libros ordenan lo que, si no estuviera contenido en ellos, no podríamos entender; explican y poetizan nuestras vidas.

     Para leer la conferencia que Jaume Vallcorba pronunció el pasado 1 de julio en la Universidad Pompeu Fabra, aquí.



domingo, 26 de octubre de 2014

John Banville visita el Campus del Milán

     El pasado jueves 23 de octubre tuvimos el placer de recibir en el Campus del Milán al escritor irlandés John Banville, que dio una conferencia a propósito de haber sido recientemente galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

  Buena  parte del diálogo establecido entre Banville y sus entrevistadores giró en torno a la diferenciación entre el escritor y su "alter ego", Benjamin Black. Nada tienen que ver las obras que Banville firma con su nombre real que las que firma con su pseudónimo; negras, oscuras, hasta perturbadoras. Black nace hace relativamente poco, en 2006, pero los primeros frutos de la labor como escritor de Banville se remontan a los años 70. Es en 1976 cuando sale a la luz Copérnico, novela de la que el irlandés habló durante la charla. Contó que cuando la estaba escribiendo cometió errores de juventud, tratando de parecerse a los clásicos que tanto admiraba. De este modo nació una novela histórica que le llevó mucho trabajo en cuanto a documentación y de la que, hoy en día, no está especialmente orgulloso. En esta línea, Banville también escribió Kepler (1981) y Mefisto (1986). Explicó que, cuando comenzó a escribir Copérnico, pensaba hacer tres libros más de carácter histórico pero que, al terminar Mefisto, decidió no continuar y que se quedara en una trilogía.

   Banville también habló de cómo entiende el proceso creativo. Explicó que, como Banville, escribe a mano. Es el trabajo de un artesano y la producción por día es menor. Sin embargo, como Benjamin Black escribe a través del ordenador y la producción es mucho mayor. Estas dos maneras de trabajar tan distintas dan lugar también a novelas muy diferentes. Banville también contó que, cuando nació Benjamin Black, apenas pensaba escribir dos o tres novelas bajo este pseudónimo. Sin embargo, fue dándose cuenta de que disfrutaba con esa otra manera de crear, y continuó. A día de hoy, ha firmado ocho novelas como Black.

    Durante la conferencia también hubo tiempo para tratar temas de índole social. Banville habló de los abusos a menores en los colegios cristianos en la Irlanda de su infancia y en la de hoy en día. Contó que, cuando él era un niño, era muy habitual, pero todo el mundo, incluidos sus padres, miraban para otro lado. También dijo que, si bien actualmente seguía existiendo este problema en Irlanda, no había que olvidar la labor educativa que había llevado a cabo la Iglesia. Es decir, habló de la estigmatización que sufren sus miembros cuando no todos son culpables.




domingo, 19 de octubre de 2014

El papel del editor, tipos de ediciones y partes de un libro

     Lo primero es distinguir entre libro y obra. El libro impreso, tal y como lo conocemos hoy, tiene orígenes recientes, aunque la literatura es muy anterior. La obra literaria puede difundirse de otras maneras: oralmente, en manuscritos, en pliegos sueltos, etc. De todos modos, cabe destacar que libro no equivale a literatura. Actualmente, concebimos el libro como contenedor, no solo de literatura, sino de muchas otras materias.

     Además, debemos tener en cuenta que las obras literarias son de muy diferente extensión, desde unas líneas hasta miles. Por eso, en algunas ocasiones se reparten en tomos. En cualquier caso, hay que distinguir entre autor y editor, como figura que prepara el libro para su publicación. A veces, autor y editor no están de acuerdo. Sin embargo, a la muerte del autor un editor o editores quedan responsables de la obra. La intervención del editor es muy visible en obras de hace siglos. En casos actuales, su labor es menos visible, pero no por ello menos importante. Hace un trabajo de corrección y elige qué obras son incluidas en un volumen, siempre respetando las elecciones previas del autor respecto a sus composiciones. Independientemente de qué año sea el texto, el editor corregirá quitando erratas evidentes y aplicando la ortografía actual para facilitar la lectura.

     Sin embargo, existen distintos tipos de ediciones. Por un lado, está la edición facsímil, una copia de la original. Hay facsímiles que sirven de modelo editorial y otras que, simplemente, alimentan el fetichismo de ciertos lectores. Por otro lado, está la edición paleográfica, en la que se transcribe todo y sirve para el estudio. La paleografía es el estudio de la escritura antigua.

     Además, hay que distinguir entre edición crítica y anotada. Todas las ediciones críticas son ediciones anotadas, pero no todas las ediciones anotadas son críticas. En una buena edición anotada, deben explicarse las palabras cuyo significado ha cambiado. El editor es más importante cuanto más antigua es la obra. Los libros, a partir de cierta fecha, deben ir anotados o no se entienden bien. Una edición crítica ordena previamente todo el abanico de manuscritos, elige uno de ellos y, más tarde, explica por qué ha elegido uno en concreto. El editor interviene también añadiendo un prólogo y/o un epílogo al texto preliminar.

     Respecto a las partes de un libro, todo ejemplar tiene una portada, que suele confundirse con la cubierta. La cubierta sirve para proteger el volumen (está hecha de otro material) y para publicitarlo, por eso suele incluir una imagen. Por otra parte, la contraportada contiene una explicación de la obra. Es un texto publicitario no ficticio. También puede haber una sobrecubierta y una faja. Por otro lado, la solapa suele emplearse también para paratextos.

     Después de la cubierta, hay una página de cortesía y una portadilla: una página en la que solo figura el título del libro. Tras ella hay otra página en blanco y, después, la portada. En ella, encontramos el título, autor, traductor y logotipo de la editorial. La portada tiene un revés que contiene datos legales e informativos.

     También debemos distinguir entre sumario e índice. Los índices detallados suelen colocarse al final. El índice es el mapa de un volumen y tiene mucha importancia en los libros de cuentos o en los ensayos. La estructura interna del índice se manifiesta en su tipografía, hay una jerarquía. A veces se pone un índice onomástico o de títulos citados. Estos son vitales en libros históricos, ensayos o compilaciones.

     Por último, hay que hablar de los agradecimientos, útiles si el libro ha recibido mucha ayuda, sobre todo si se trata de obras de investigación. Sucede lo mismo en las obras de creación que requieren mucha documentación.


martes, 14 de octubre de 2014

Comentario de tres aforismos sobre el cuento de Andrés Neuman

     En Alumbramiento (2009), Andrés Neuman incluyó "Dodecálogos de un cuentista". El hispanoargentino, maestro de este género, dio a conocer así las claves de su éxito. En esta ocasión, se han seleccionado tres de esos doce consejos para ser comentados.

"Contar un cuento es saber guardar un secreto"

     Neuman emplea la paradoja entre "contar" y "guardar" para llamar la atención del lector. Por otro lado, este aforismo está relacionado con otro de Voltaire: "el arte de aburrir consiste en contarlo todo". Es decir, en un cuento es igual de importante lo que se cuenta que lo que se calla. Es vital dejar ciertos aspectos a la interpretación del oyente o lector

"Los personajes no se presentan, simplemente actúan"

     Con este aforismo, el escritor quiere decir que no hay que describir a los personajes. Es necesario que actúen de tal manera que el receptor extraiga de las acciones sus propias conclusiones acerca de su personalidad.

"En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, al contrario de lo que muchos piensan, si es demasiado brillante se olvida fácilmente"

    Si se dice algo menos importante, esto debe ir en el medio de la narración. Lo más importante debe distribuirse en el principio y en el final del cuento. Sin embargo, el título no es tan relevante como se piensa. Es en las primeras líneas donde el escritor tiene la oportunidad de captar la atención del receptor. Por otra parte, en las últimas se juega ser recordado.

     Si quieren leer otros aforismos de Andrés Neuman, aquí.




domingo, 12 de octubre de 2014

Luis García Montero comenta a Luis García Montero

    Luis García Montero ha publicado recientemente Un velero bergantín (2014). En este ensayo explica qué hay detrás de sus creaciones, es decir, qué las ha motivado y qué significado tienen. En este caso, se hablará del comentario que realiza el autor sobre "Mujeres" 20 años después de su publicación.

     En el poema, Luis García Montero advierte del peligro de que la experiencia de lo real se vea eclipsada por la realidad virtual. Se nutre del mundo urbano, inspirándose en la tradición que inauguró Baudelaire con Las flores del mal (1857). Y es que el francés fue pionero en hablar de la vida en la gran ciudad, concretamente en París.

     En cuanto a García Montero, parte de algo concreto, una anécdota, para llegar a lo general, a un tema de interés para el posible lector. En este caso, habla de la mentira que, para él, constituye la publicidad. Afirma que las invenciones de la publicidad no funcionan como ficciones, como sucede con la literatura, sino como mentiras, estableciendo así una dicotomía entre ambas disciplinas. Sin embargo, esta quizá sea una visión algo mítica de la publicidad pues, en general, no parece que afecte tanto a las personas.

     García Montero defiende un arte comprometido con la verdad y la justicia. El poema incluso tiene "moraleja", no busca solo la belleza. Tiene relación con la poesía social, por el componente crítico. Se muestra en contra del arte autónomo, del simbolismo. El autor entiende que sus versos nacen de sus propias experiencias y de la tradición. Menciona la "Albada", poemas a cerca del amor clandestino y el amanecer. Así, "Mujeres" es una actualización de esta tradición.

     Además, quiere dignificar, a través del poema, las relaciones ocasionales, los amores pasajeros. Para ello, emplea heptasílabos y endecasílabos, una combinación muy frecuente. El poeta habla de algo usual en un lenguaje cotidiano, pero se liga a la tradición a través de la métrica, la "Albada" y Baudelaire.

     Pueden leer el poema de Luis García Montero aquí.

miércoles, 8 de octubre de 2014

"El pasaporte", de José Hierro

     El poema está concebido como un monólogo dramático. Es un lamento sobre lo tarde que llegan las cosas. José Hierro siempre había querido ir a París y escapar de la represión que se vivía en España. Sin embargo, llega a la ciudad con aproximadamente 60 años pues, durante el régimen franquista, a las personas "mal vistas" se les negaba o retrasaba la expedición del pasaporte.
  
     "El pasaporte" transcurre durante el primer viaje a París del poeta, mientras está enfermo, divagando. Es algo caótico y hace referencias variadas, llegando a citar incluso a Juan Ramón Jiménez o a un poema de Antonio Machado.

Ideología y literatura: la novela de tesis y la poesía social

     La literatura debe ser considerada también como herramienta, es decir, como manera de transmitir ideas sociales y políticas. En España, hubo dos momentos en que la literatura se puso al servicio de la ideología: con la novela de tesis, en el siglo XIX, y con la poesía social, en el siglo XX.

     La novela de tesis surge en 1868. Se trata de la época gloriosa de la novela y está ligada al desarrollo de una nueva clase social, la burguesía. En ese año, hay una revolución política que termina expulsando de España a Isabel II. A raíz de que fuera coronada, surge la polémica porque el hermano de Fernando VII también quería ser rey. Comienzan las guerras carlistas, que se transforman en guerras ideológicas. Isabel II consigue reinar gracias al apoyo de los liberales. Sin embargo, con el paso del tiempo se convierte en una mujer conservadora y católica, por lo que se decide expulsarla. Así, en 1868 tiene lugar "La Gloriosa Revolución". Los monárquicos buscan un nuevo rey, y lo encuentran en Amadeo de Saboya. Cuando desembarca en España, se entera del asesinato del general Prim a manos de los republicanos. De este modo, Amadeo reina como puede hasta que abdica. Llega la I República en 1873, que dura aproximadamente un año y conoce cuatro presidentes. Fracasa de tal manera que, a finales del 74, Alfonso II es proclamado rey. Como resultado, queda esa nueva clase social, la burguesía, y la novela como herramienta social. Los conservadores y los liberales buscan argumentos para defender sus tesis.

     Un escritor muy importante ligado a esta literatura es Benito Pérez Galdós, que inicia la corriente que se conoce como novela de tesis con la publicación en 1870 de La Fontana de Oro. Publicada en mitad del sexenio liberal, su novela está ambientada en un periodo similar, el trienio liberal. Se trata de una especie de aviso. Hay una clara intención pedagógica y trata de expresar ideas progresistas. Después del 75, publica una serie de novelas como Doña Perfecta, que critican la intolerancia religiosa. A esta defensa de la ideología liberal responden otros autores, como José María de Pereda, que escribe De tal palo tal astilla o El buey suelto. Además, hay otros novelistas como Pedro Antonio Alarcón, que publica en el 75 El Escándalo.

     Más tarde surge otra corriente, el naturalismo que, aunque supera los esquematismos de la novela de tesis, también tiene una "tesis". A finales del siglo XIX,  se cree más en el progreso y en la ciencia, y se apoya en el determinismo. Se creía que el hombre estaba condicionado por el ambiente. En España, el naturalismo está representado por Emilia Pardo Bazán, que habla de ello en La cuestión palpitante. Sin embargo, hay una contradicción entre lo que defiende y su propia condición. En esta línea, estudia el caciquismo en Galicia.

     Por otro lado, la poesía social surge en la época franquista (1939-1975). En un principio, no hay oposición al régimen. Pero en 1956 surge desde el interior. Los estudiantes universitarios, la mayoría hijos de jerarcas franquistas, se manifiestan. La revolución se cristaliza en la literatura, concretamente en la poesía social. Se trata de expresar a través de los versos aquello que no aparece en los periódicos por la censura. Esta oposición era liderada por el partido comunista, que utilizaba la cultura como arma. Surgen los clubs culturales y los recitales poéticos se convierten en algo revolucionario. 

     Dentro de esta corriente, hay dos generaciones, la de posguerra, en los años 40, y otra posterior, en 1956. De la primera formaban parte Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro. Son los primeros en llevar el lenguaje coloquial a la poesía. En 1944, Dámaso Alonso publica Hijos de la ira, que expresa ya ideas distintas en lenguaje cotidiano. Esta generación de poetas tenía veinte años durante la Guerra Civil. Son hombres que han ido a la guerra sin responsabilidades.

    En torno a 1956 nace la "Generación del 50", también conocida como "los niños de la guerra". Son poetas que huyen de una poesía demasiado directa, panfletaria. Para expresar sus ideas emplean el simbolismo y la ironía, y están asociados al realismo crítico. Ángel González representa muy bien a esta generación. En 1956 publica Áspero Mundo, que refleja el espíritu de una juventud sin alicientes ni ilusiones. Publica también Grado Elemental en 1962 y culmina con Tratado de humanismo en 1967. Y es que, a mediados de los 60, comienza la crisis de la poesía social. Muchas veces se ve a este grupo de poetas como un fracaso poético y social. Así, a finales de los 60 hay una reacción. Surge una nueva generación que considera la poesía social plana, sencilla e ineficaz: los novísimos. Reciben este nombre por la antología que publican en 1970, Nueve novísimos poetas españoles. Buscan expresarse mediante un lenguaje hermético y culturalista. Si los maestros de los poetas sociales eran Antonio Machado o Miguel Hernández, en este caso lo son Juan Larrea o el norteamericano Ezra Pound.

lunes, 6 de octubre de 2014

"Sueño de Maiakovski", de Juan Bonilla

     Juan Bonilla Gago es un escritor español, ganador del Premio Biblioteca Breve en 2003 y del I Premio Bienal de Novela Vargas Llosa en 2014. Este último premio lo obtuvo por Prohibido entrar sin pantalones (2013), que tiene por protagonista al poeta futurista ruso Vladimir Maiakovski.


  El poema "Sueño de Maiakovski" tiene dos partes bien diferenciadas, que se corresponden con el tiempo pasado y el presente, con lo que el poeta soñaba que sucediera y lo que finalmente ha sucedido. En la primera parte, se presentan importantes ideas relacionadas con la concepción que el ruso tenía de este arte. El ideal de Maiakovski era llevar la poesía a las calles. Pensaba que debía ser una herramienta, algo útil que acompañase a los transeúntes, fuesen quienes fuesen. Esto puede apreciarse en distintos puntos del poema, a través de repeticiones de las siguientes oraciones: "Maiakovski soñaba con el día / en que la poesía se imprimiese en las paredes de la gran ciudad" o "la poesía es útil, soñaba Maiakovski". Además, el autor pensaba que la poesía debía decir la verdad, que debía despertar a la gente de su letargo, o protegerla, según sus necesidades.
   

     En la segunda parte del poema, que comienza con ese "y ahora", vemos "lo que nos queda de aquel sueño". Bonilla deja entrever con cierta ironía que, efectivamente, la poesía ha cubierto las calles de las ciudades, pero en forma de publicidad. Los eslóganes publicitarios comparten muchas características con la poesía, y precisamente por eso cumplen tan bien su función. Penetran en nuestra memoria sin que apenas nos demos cuenta y nos inducen a comprar "cosas que el dinero no puede comprar".

martes, 30 de septiembre de 2014

"Paseo de la identidad", de Luis Bagué Quílez

     El joven poeta, ensayista y crítico literario Luis Bagué Quílez ha sido galardonado recientemente con el XII Premio Emilio Alarcos. Fruto de ello nace la presente edición de Paseo de la identidad, un poemario fresco y actual, que explora el concepto de identidad mediante numerosas referencias a lo cotidiano. El autor estructura su obra en tres partes, en las que hay espacio para lo internacional y lo nacional, lo más profundo y lo más vanal, en definitiva, todo aquello que representa a quienes viven en un mundo globalizado, pero con sus particularidades.

     De este modo, Bagué da cabida en su libro a Starbucks, a los GPS, al mp3, al 3D o a Lost in Translation, pero también a los "sintecho", los obreros o las áreas de servicio. El hilo conductor de todos estos elementos es la ironía que, junto con las múltiples referencias, hacen de este un poemario muy personal e interesante.

Retórica y Publicidad

     La retórica es anterior a la publicidad y, en cierto modo, a la literatura. Se trata de un término que perdió prestigio a partir del Romanticismo y que, hoy en día, se vuelve a revitalizar.

     La retórica es el arte de hablar formal y correctamente en público, por lo que tiene que ver con la oratoria. Surge en Grecia como actividad y como estudio, pues era un arte práctico. Tenía mucha importancia, en parte por el régimen democrático que estaba implantado. Otra razón que contribuyó a darle valor es la política: tenía más relevancia saber convencer que tener razón.

     Estos discursos estaban relacionados con la literatura, ya que tenían características que luego pasarían a la prosa literaria. Se basaban, por tanto, en la retórica y en la poética, características fundamentales hasta el Romanticismo. Tanto es así, que los elementos retóricos se enseñaban en la escuela. Sin embargo, durante el Romanticismo el concepto de literatura cambia, se pone la intención en la expresión personal, en la originalidad.

     Actualmente, sin embargo, la retórica ha vuelto a cobrar mucha importancia, sobre todo en el ámbito judicial y en el político. En política hay que saber convencer a la gente, el hablar es muy importante, pues de esto depende que la gente se identifique con un modelo determinado. Hoy en día, también está vinculada a la publicidad que es, en cierto modo, retórica por otros medios.

     En cuanto a las reglas de la retórica, hay tres que son comunes en el ámbito que sea:

  • Inventio: discernir el tema del que se va a hablar y documentarse del mismo
  • Dispositio: ordenación y estructuración de la información recopilada
  • Elocutio: redacción del texto en sí mismo, cuidando el estilo, corrigiendo erratas y repeticiones léxicas
Y dos que son específicas del discurso oral:

  • Memoria: aprendizaje del discurso
  • Actio: gesticulación, lenguaje corporal
     Las figuras retóricas están vinculadas a la elocutio. Hay dos clases distintas:

·         Fónicas.

- Paronomasia. Uso de palabras que tienen sonidos similares pero significados diferentes.
- Rima. En general, se produce cuando se repiten sonidos entre palabras al final de los versos. Dicha repetición ha de producirse a partir de la última vocal tónica. En publicidad, sobre todo hace varias décadas, era muy habitual el uso del pareado. Un ejemplo es el eslogan de la marca de colchones Pikolin en 1964: " A mi plin, yo duermo en Pikolin".
- Homoioteleuton, es decir, los finales de un enunciado han de ser iguales o semejantes, pero sin llegar a haber rima.
- Sinestesia. Consiste en la repetición de sonidos con un valor simbólico. Un ejemplo es "En el silencio solo se escuchaba un susurro de abejas que sonaban", de Garcilaso. Este fenómeno tiene relación con las onomatopeyas, pues trata de evocar el contenido.
- Calambur. Es un juego de palabras que consiste en modificar el significado de una palabra o frase agrupando de distinta forma sus sílabas.

·         Gráficas. No tienen que ver con el significado, sino con el significante. Un ejemplo es el cómic tradicional, que se nutre de los recursos gráficos para expresar todo tipo de situaciones. Es decir, estamos ante la tipografía expresiva.

     Por otro lado, están las alteraciones ortográficas. Tanto la literatura como la publicidad luchan contra los automatismos. Estamos acostumbrados a ver o escuchar determinadas cosas de determinada manera, de modo que acaban resultándonos invisibles. Modificando la ortografía lo que se busca es, en definitiva, llamar la atención del público.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Comentario de un cartel publicitario: "Non más presos, insumisión"


  Entre los días 15 y 30 de septiembre tenemos la ocasión de disfrutar en el Aulario de la Facultad de Filosofía y Letras de Oviedo de una exposición de carteles publicitarios muy interesante. Bajo el título "Carteles sobre la insumisión en Asturias, Años 80 y 90, siglo XX", la fundación Juan Muñiz Zapico presenta una serie de anuncios sobre el movimiento de insumisión que se vivió en la provincia.

   Este cartel publicitario tiene el fin de concienciar a la gente de las injusticias que se cometían con las personas que se negaban a hacer el servicio militar obligatorio. Además, es por sí mismo una forma de protesta e instiga a quien lo observe a la "insumisión". Es decir, a que no se deje someter al juicio o la acción de otra persona u organismo. En este caso, las penas de cárcel que imponía el gobierno de España.

    En la composición solo se emplean tres colores. El blanco para las letras, de manera que el mensaje sea lo que más destaque, y el negro y el violeta para la fotografía, retocada. En ella vemos una mano  entre rejas, en una celda, haciendo un gesto con las manos, que podría ser el símbolo de la victoria o el de la paz. Es decir, deducimos del mensaje "Non más presos, insumisión", que la información que se quiere transmitir al receptor es que las personas que se encuentran en la cárcel están en esa situación de manera injusta y que, precisamente por ello, hay que reaccionar, hacer algo.

     El eslogan y la fotografía se complementan a la perfección, y quien lo ve se da cuenta en seguida de lo que se quería expresar. En conclusión, puede que resultase un tándem que aportara buenos resultados a la campaña publicitaria "pola llibertá de los insumisos" del Conceyu Ciudadanu.

Similitudes y diferencias entre literatura y publicidad

     La literatura y la publicidad son disciplinas con diversos puntos en común, pero también con importantes divergencias. En primer lugar, cabe destacar el papel que desempeña el autor en las dos materias. En el ámbito literario, el autor es de suma importancia. El escritor firma su obra como muestra de orgullo y busca reconocimiento por su creación. Además, identificar al literato es necesario para comprender las características de sus escritos y situarlos en el contexto adecuado. Sin embargo, en el entorno publicitario, los escritores se mantienen en segundo plano. Si bien su trabajo es vital para la venta, es la marca del producto y no el nombre del autor la que permanece en la memoria de los receptores. Entre otras cosas, porque no es necesario para captar el sentido del anuncio. De todos modos, existen obras literarias anónimas, la mayor parte de ellas siglos atrás. En algunos casos, la anonimia era consecuencia del miedo a las represalias, como sucede con El Lazarillo de Tormes. En otros, se debía al carácter eminentemente oral de la obra, como sucede con el Romancero. Su autor no es solo anónimo, sino también colectivo, algo poco usual en la literatura pero muy frecuente en publicidad. Uno de los casos en los que la autoría es colectiva en el marco literario es en el teatro, así como en los guiones cinematográficos y de televisión.

    Por otra parte es destacable que, mientras la publicidad siempre se realiza por encargo, en la literatura no es tan habitual. Esto significa que el publicista no es tan creativo como pudiera parecer sino que debe ceñirse a unas pautas muy estrictas dependiendo qué sea lo que tiene que publicitar.

    Centrándonos en el lenguaje que se emplea en las dos materias, parece claro que en la literatura predomina la función expresiva y en la publicidad, la referencial y la apelativa. En el ámbito publicitario se combinan estas dos funciones porque, para vender un producto, debe informarse al posible comprador y, al mismo tiempo, incitarle a que adquiera lo que se publicita. Respecto a este último punto, cada vez es más sutil. Es decir, la publicidad mejora conforme va pasando el tiempo y cada vez se induce a la compra al receptor de manera más subrepticia.

     La publicidad tal y como la entendemos hoy en día surge en el siglo XIX y se desarrolla en el XX. Nace con la Revolución Industrial y, por tanto, con la sociedad de consumo. Y es que, anteriormente, predominaba la escasez. Antes de este momento la publicidad era ideológica, tanto política como religiosamente hablando. El término por el que se la conocía era "propaganda", que viene de la propagación de la fe. Durante muchos siglos el arte (dentro del que situamos la literatura) estuvo ligado a la religión, pues era un mecanismo publicitario. De este modo puede apreciarse cómo, desde hace siglos, literatura y publicidad han ido de la mano.