martes, 4 de noviembre de 2014

Versificación y comentario de un anuncio de Víctor Botas

     Víctor Botas (Oviedo, Asturias, 1945-1994) fue un escritor perteneciente a la generación del 68. Licenciado en Derecho, se le conoce principalmente por su obra poética. Esta facilidad para el verso se aprecia en el anuncio que el poeta ovetense escribió para la tienda de ropa infantil Pigüi a principios de los años 80. Por eso, en esta entrada trataremos de versificar como Botas lo hubiera hecho este anuncio publicitario en prosa.
 
En aquella Bagdad de Las Mil y Una Noches 
un rico mercader de luengas barbas 
quizás te ofrecería lentas ropas de púrpura 
o sedas temblorosas, tan frescas como el agua. 
Pero esto no es Bagdad ni tampoco nosotros
un rico mercader
(has de fijarte: en Pigüi
no tenemos siquiera un mal mostacho
que llevar a la boca).
Así que sólo moda
de esa «prêt-à-porter» podemos ofrecerte;
moda igual a la de
alguna que otra tienda —no son muchas—
de esta ciudad prosaica y burguesota.

(Bueno, igual del todo no:
lo nuestro —ya me entiendes —suele ser
un poquitín distinto).


     El comienzo del anuncio es como el de un cuento tanto en el contenido como en la forma, pues se emplea la letra capitular. De hecho, Las Mil y Una Noches es una recopilación de los más famosos cuentos tradicionales de Oriente Medio en la que se utiliza la técnica del relato enmarcado.
          
     Por otro lado, en el anuncio la adjetivación es la propia de los poemas. Un ejemplo es "lentas ropas de púrpura". La ropa de los dignatarios es pesada y, además, estos se mueven lentamente para mostrar poder. Además, muchos altos cargos, como los cardenales, van vestidos con color púrpura.  En cuanto a "sedas temblorosas" y "tan frescas como el agua", el poeta se refiere a que la ropa fabricada con este material es muy liviana y fluida.

     Tras este principio de ensueño, Botas da paso a la realidad. Utiliza el paréntesis, como es habitual en él, para introducir la ironía. Además, emplea un juego de palabras, entre "mostacho" y esas "luengas barbas" del comienzo, y una frase hecha en "que llevar a la boca". Asimismo, debemos fijarnos en la expresión francesa prêt-à-porter, que literalmente significa "listo para llevar". También destaca la palabra "burguesota", que en este caso tiene un valor despectivo.

     Por último, cabe mencionar el final anticlimático, entre paréntesis. Es un final "en voz baja", nada rotundo. Está envuelto en un tono confesional. Destaca en él la palabra "poquitín", cuya terminación en "-in" es un rasgo dialectal de Asturias. Así, queda claro que este final se contrapone claramente con ese comienzo de maravilla.

     Aunque pueda no parecerlo a primera vista, este anuncio es efectivo, pues llama la atención por su originalidad. En un periódico, el lector se fijaría en el texto y, de este modo, distinguiría este anuncio por su forma de cuento, diferenciándolo de otros más típicos. Y es que, hoy en día, somos bombardeados con anuncios que, en su mayoría, olvidamos al poco tiempo. La meta de un buen publicista debe ser no dejar indiferente.



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