miércoles, 29 de octubre de 2014

"La pasión del editor": corrección de los aforismos de algunos compañeros

     El trabajo de un buen editor es corregir el texto que le proporciona el autor de manera que las ideas queden expresadas de forma correcta, tanto en la forma como en el contenido. A raíz de la conferencia de Jaume Vallcorba, mis compañeros de clase escribieron algunos aforismos. En esta entrada, trataré de poner en práctica el oficio de editor, corrigiéndolos pero sin alterar lo que quisieron reflejar en un primer momento.

Aforismo original: "El lector que ayude a pulir la obra".
Corrección: "El editor debe ser un primer lector que ayude a pulir la obra".

Aforismo original: "El trabajo del editor consiste en reunir todo aquello que el autor le proporciona y modificarlo de forma que sea percibido como una sola unidad".
Corrección: "El trabajo del editor consiste en modificar la obra del autor de manera invisible; debe mejorar el continente, no el contenido".

Aforismo original: "La lectura de antiguos libros nos conecta con el "yo" del pasado y nos reconforta".
Corrección: "Releer las obras que nos admiraron nos reconcilia con el pasado y nos reconforta".



Aforismos a propósito de "La pasión del editor"

     Jaume Vallcorba fue un filólogo y editor español que fundó las editoriales Quaderns Crema y Editorial Acantilado. Poco antes de su muerte dio una conferencia en la que detalló las que, para él, eran las claves de su profesión. El fruto de la ponencia son las siguientes ideas, que pretenden sintetizar lo que pensaba el catalán.

1.- Hojear un viejo libro puede convertirse en el viaje a través de toda una vida.

2.- a) La lectura de un libro puede ser una experiencia transformadora y es que, en unos pocos volúmenes, podemos sintetizar el pensamiento humano.
     b) La calidad de la edición de un libro es vital si queremos que su contenido sea recordado.
     c) Internet es un pozo sin fondo de oportunidades en el que, muy a menudo, se pierden los libros sin (un buen) editor.

3.-El marco moldea el contenido de un libro, lo hace accesible para el lector y le predispone a un tipo u otro de lectura.

4.-Para que un clásico lo sea plenamente un editor debe darle la forma adecuada. Le da el regalo, además, de poder estar en comunión con sus semejantes.

5-.-En cada libro hay contenida una visión del mundo. Los libros ordenan lo que, si no estuviera contenido en ellos, no podríamos entender; explican y poetizan nuestras vidas.

     Para leer la conferencia que Jaume Vallcorba pronunció el pasado 1 de julio en la Universidad Pompeu Fabra, aquí.



domingo, 26 de octubre de 2014

John Banville visita el Campus del Milán

     El pasado jueves 23 de octubre tuvimos el placer de recibir en el Campus del Milán al escritor irlandés John Banville, que dio una conferencia a propósito de haber sido recientemente galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

  Buena  parte del diálogo establecido entre Banville y sus entrevistadores giró en torno a la diferenciación entre el escritor y su "alter ego", Benjamin Black. Nada tienen que ver las obras que Banville firma con su nombre real que las que firma con su pseudónimo; negras, oscuras, hasta perturbadoras. Black nace hace relativamente poco, en 2006, pero los primeros frutos de la labor como escritor de Banville se remontan a los años 70. Es en 1976 cuando sale a la luz Copérnico, novela de la que el irlandés habló durante la charla. Contó que cuando la estaba escribiendo cometió errores de juventud, tratando de parecerse a los clásicos que tanto admiraba. De este modo nació una novela histórica que le llevó mucho trabajo en cuanto a documentación y de la que, hoy en día, no está especialmente orgulloso. En esta línea, Banville también escribió Kepler (1981) y Mefisto (1986). Explicó que, cuando comenzó a escribir Copérnico, pensaba hacer tres libros más de carácter histórico pero que, al terminar Mefisto, decidió no continuar y que se quedara en una trilogía.

   Banville también habló de cómo entiende el proceso creativo. Explicó que, como Banville, escribe a mano. Es el trabajo de un artesano y la producción por día es menor. Sin embargo, como Benjamin Black escribe a través del ordenador y la producción es mucho mayor. Estas dos maneras de trabajar tan distintas dan lugar también a novelas muy diferentes. Banville también contó que, cuando nació Benjamin Black, apenas pensaba escribir dos o tres novelas bajo este pseudónimo. Sin embargo, fue dándose cuenta de que disfrutaba con esa otra manera de crear, y continuó. A día de hoy, ha firmado ocho novelas como Black.

    Durante la conferencia también hubo tiempo para tratar temas de índole social. Banville habló de los abusos a menores en los colegios cristianos en la Irlanda de su infancia y en la de hoy en día. Contó que, cuando él era un niño, era muy habitual, pero todo el mundo, incluidos sus padres, miraban para otro lado. También dijo que, si bien actualmente seguía existiendo este problema en Irlanda, no había que olvidar la labor educativa que había llevado a cabo la Iglesia. Es decir, habló de la estigmatización que sufren sus miembros cuando no todos son culpables.




domingo, 19 de octubre de 2014

El papel del editor, tipos de ediciones y partes de un libro

     Lo primero es distinguir entre libro y obra. El libro impreso, tal y como lo conocemos hoy, tiene orígenes recientes, aunque la literatura es muy anterior. La obra literaria puede difundirse de otras maneras: oralmente, en manuscritos, en pliegos sueltos, etc. De todos modos, cabe destacar que libro no equivale a literatura. Actualmente, concebimos el libro como contenedor, no solo de literatura, sino de muchas otras materias.

     Además, debemos tener en cuenta que las obras literarias son de muy diferente extensión, desde unas líneas hasta miles. Por eso, en algunas ocasiones se reparten en tomos. En cualquier caso, hay que distinguir entre autor y editor, como figura que prepara el libro para su publicación. A veces, autor y editor no están de acuerdo. Sin embargo, a la muerte del autor un editor o editores quedan responsables de la obra. La intervención del editor es muy visible en obras de hace siglos. En casos actuales, su labor es menos visible, pero no por ello menos importante. Hace un trabajo de corrección y elige qué obras son incluidas en un volumen, siempre respetando las elecciones previas del autor respecto a sus composiciones. Independientemente de qué año sea el texto, el editor corregirá quitando erratas evidentes y aplicando la ortografía actual para facilitar la lectura.

     Sin embargo, existen distintos tipos de ediciones. Por un lado, está la edición facsímil, una copia de la original. Hay facsímiles que sirven de modelo editorial y otras que, simplemente, alimentan el fetichismo de ciertos lectores. Por otro lado, está la edición paleográfica, en la que se transcribe todo y sirve para el estudio. La paleografía es el estudio de la escritura antigua.

     Además, hay que distinguir entre edición crítica y anotada. Todas las ediciones críticas son ediciones anotadas, pero no todas las ediciones anotadas son críticas. En una buena edición anotada, deben explicarse las palabras cuyo significado ha cambiado. El editor es más importante cuanto más antigua es la obra. Los libros, a partir de cierta fecha, deben ir anotados o no se entienden bien. Una edición crítica ordena previamente todo el abanico de manuscritos, elige uno de ellos y, más tarde, explica por qué ha elegido uno en concreto. El editor interviene también añadiendo un prólogo y/o un epílogo al texto preliminar.

     Respecto a las partes de un libro, todo ejemplar tiene una portada, que suele confundirse con la cubierta. La cubierta sirve para proteger el volumen (está hecha de otro material) y para publicitarlo, por eso suele incluir una imagen. Por otra parte, la contraportada contiene una explicación de la obra. Es un texto publicitario no ficticio. También puede haber una sobrecubierta y una faja. Por otro lado, la solapa suele emplearse también para paratextos.

     Después de la cubierta, hay una página de cortesía y una portadilla: una página en la que solo figura el título del libro. Tras ella hay otra página en blanco y, después, la portada. En ella, encontramos el título, autor, traductor y logotipo de la editorial. La portada tiene un revés que contiene datos legales e informativos.

     También debemos distinguir entre sumario e índice. Los índices detallados suelen colocarse al final. El índice es el mapa de un volumen y tiene mucha importancia en los libros de cuentos o en los ensayos. La estructura interna del índice se manifiesta en su tipografía, hay una jerarquía. A veces se pone un índice onomástico o de títulos citados. Estos son vitales en libros históricos, ensayos o compilaciones.

     Por último, hay que hablar de los agradecimientos, útiles si el libro ha recibido mucha ayuda, sobre todo si se trata de obras de investigación. Sucede lo mismo en las obras de creación que requieren mucha documentación.


martes, 14 de octubre de 2014

Comentario de tres aforismos sobre el cuento de Andrés Neuman

     En Alumbramiento (2009), Andrés Neuman incluyó "Dodecálogos de un cuentista". El hispanoargentino, maestro de este género, dio a conocer así las claves de su éxito. En esta ocasión, se han seleccionado tres de esos doce consejos para ser comentados.

"Contar un cuento es saber guardar un secreto"

     Neuman emplea la paradoja entre "contar" y "guardar" para llamar la atención del lector. Por otro lado, este aforismo está relacionado con otro de Voltaire: "el arte de aburrir consiste en contarlo todo". Es decir, en un cuento es igual de importante lo que se cuenta que lo que se calla. Es vital dejar ciertos aspectos a la interpretación del oyente o lector

"Los personajes no se presentan, simplemente actúan"

     Con este aforismo, el escritor quiere decir que no hay que describir a los personajes. Es necesario que actúen de tal manera que el receptor extraiga de las acciones sus propias conclusiones acerca de su personalidad.

"En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, al contrario de lo que muchos piensan, si es demasiado brillante se olvida fácilmente"

    Si se dice algo menos importante, esto debe ir en el medio de la narración. Lo más importante debe distribuirse en el principio y en el final del cuento. Sin embargo, el título no es tan relevante como se piensa. Es en las primeras líneas donde el escritor tiene la oportunidad de captar la atención del receptor. Por otra parte, en las últimas se juega ser recordado.

     Si quieren leer otros aforismos de Andrés Neuman, aquí.




domingo, 12 de octubre de 2014

Luis García Montero comenta a Luis García Montero

    Luis García Montero ha publicado recientemente Un velero bergantín (2014). En este ensayo explica qué hay detrás de sus creaciones, es decir, qué las ha motivado y qué significado tienen. En este caso, se hablará del comentario que realiza el autor sobre "Mujeres" 20 años después de su publicación.

     En el poema, Luis García Montero advierte del peligro de que la experiencia de lo real se vea eclipsada por la realidad virtual. Se nutre del mundo urbano, inspirándose en la tradición que inauguró Baudelaire con Las flores del mal (1857). Y es que el francés fue pionero en hablar de la vida en la gran ciudad, concretamente en París.

     En cuanto a García Montero, parte de algo concreto, una anécdota, para llegar a lo general, a un tema de interés para el posible lector. En este caso, habla de la mentira que, para él, constituye la publicidad. Afirma que las invenciones de la publicidad no funcionan como ficciones, como sucede con la literatura, sino como mentiras, estableciendo así una dicotomía entre ambas disciplinas. Sin embargo, esta quizá sea una visión algo mítica de la publicidad pues, en general, no parece que afecte tanto a las personas.

     García Montero defiende un arte comprometido con la verdad y la justicia. El poema incluso tiene "moraleja", no busca solo la belleza. Tiene relación con la poesía social, por el componente crítico. Se muestra en contra del arte autónomo, del simbolismo. El autor entiende que sus versos nacen de sus propias experiencias y de la tradición. Menciona la "Albada", poemas a cerca del amor clandestino y el amanecer. Así, "Mujeres" es una actualización de esta tradición.

     Además, quiere dignificar, a través del poema, las relaciones ocasionales, los amores pasajeros. Para ello, emplea heptasílabos y endecasílabos, una combinación muy frecuente. El poeta habla de algo usual en un lenguaje cotidiano, pero se liga a la tradición a través de la métrica, la "Albada" y Baudelaire.

     Pueden leer el poema de Luis García Montero aquí.

miércoles, 8 de octubre de 2014

"El pasaporte", de José Hierro

     El poema está concebido como un monólogo dramático. Es un lamento sobre lo tarde que llegan las cosas. José Hierro siempre había querido ir a París y escapar de la represión que se vivía en España. Sin embargo, llega a la ciudad con aproximadamente 60 años pues, durante el régimen franquista, a las personas "mal vistas" se les negaba o retrasaba la expedición del pasaporte.
  
     "El pasaporte" transcurre durante el primer viaje a París del poeta, mientras está enfermo, divagando. Es algo caótico y hace referencias variadas, llegando a citar incluso a Juan Ramón Jiménez o a un poema de Antonio Machado.

Ideología y literatura: la novela de tesis y la poesía social

     La literatura debe ser considerada también como herramienta, es decir, como manera de transmitir ideas sociales y políticas. En España, hubo dos momentos en que la literatura se puso al servicio de la ideología: con la novela de tesis, en el siglo XIX, y con la poesía social, en el siglo XX.

     La novela de tesis surge en 1868. Se trata de la época gloriosa de la novela y está ligada al desarrollo de una nueva clase social, la burguesía. En ese año, hay una revolución política que termina expulsando de España a Isabel II. A raíz de que fuera coronada, surge la polémica porque el hermano de Fernando VII también quería ser rey. Comienzan las guerras carlistas, que se transforman en guerras ideológicas. Isabel II consigue reinar gracias al apoyo de los liberales. Sin embargo, con el paso del tiempo se convierte en una mujer conservadora y católica, por lo que se decide expulsarla. Así, en 1868 tiene lugar "La Gloriosa Revolución". Los monárquicos buscan un nuevo rey, y lo encuentran en Amadeo de Saboya. Cuando desembarca en España, se entera del asesinato del general Prim a manos de los republicanos. De este modo, Amadeo reina como puede hasta que abdica. Llega la I República en 1873, que dura aproximadamente un año y conoce cuatro presidentes. Fracasa de tal manera que, a finales del 74, Alfonso II es proclamado rey. Como resultado, queda esa nueva clase social, la burguesía, y la novela como herramienta social. Los conservadores y los liberales buscan argumentos para defender sus tesis.

     Un escritor muy importante ligado a esta literatura es Benito Pérez Galdós, que inicia la corriente que se conoce como novela de tesis con la publicación en 1870 de La Fontana de Oro. Publicada en mitad del sexenio liberal, su novela está ambientada en un periodo similar, el trienio liberal. Se trata de una especie de aviso. Hay una clara intención pedagógica y trata de expresar ideas progresistas. Después del 75, publica una serie de novelas como Doña Perfecta, que critican la intolerancia religiosa. A esta defensa de la ideología liberal responden otros autores, como José María de Pereda, que escribe De tal palo tal astilla o El buey suelto. Además, hay otros novelistas como Pedro Antonio Alarcón, que publica en el 75 El Escándalo.

     Más tarde surge otra corriente, el naturalismo que, aunque supera los esquematismos de la novela de tesis, también tiene una "tesis". A finales del siglo XIX,  se cree más en el progreso y en la ciencia, y se apoya en el determinismo. Se creía que el hombre estaba condicionado por el ambiente. En España, el naturalismo está representado por Emilia Pardo Bazán, que habla de ello en La cuestión palpitante. Sin embargo, hay una contradicción entre lo que defiende y su propia condición. En esta línea, estudia el caciquismo en Galicia.

     Por otro lado, la poesía social surge en la época franquista (1939-1975). En un principio, no hay oposición al régimen. Pero en 1956 surge desde el interior. Los estudiantes universitarios, la mayoría hijos de jerarcas franquistas, se manifiestan. La revolución se cristaliza en la literatura, concretamente en la poesía social. Se trata de expresar a través de los versos aquello que no aparece en los periódicos por la censura. Esta oposición era liderada por el partido comunista, que utilizaba la cultura como arma. Surgen los clubs culturales y los recitales poéticos se convierten en algo revolucionario. 

     Dentro de esta corriente, hay dos generaciones, la de posguerra, en los años 40, y otra posterior, en 1956. De la primera formaban parte Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro. Son los primeros en llevar el lenguaje coloquial a la poesía. En 1944, Dámaso Alonso publica Hijos de la ira, que expresa ya ideas distintas en lenguaje cotidiano. Esta generación de poetas tenía veinte años durante la Guerra Civil. Son hombres que han ido a la guerra sin responsabilidades.

    En torno a 1956 nace la "Generación del 50", también conocida como "los niños de la guerra". Son poetas que huyen de una poesía demasiado directa, panfletaria. Para expresar sus ideas emplean el simbolismo y la ironía, y están asociados al realismo crítico. Ángel González representa muy bien a esta generación. En 1956 publica Áspero Mundo, que refleja el espíritu de una juventud sin alicientes ni ilusiones. Publica también Grado Elemental en 1962 y culmina con Tratado de humanismo en 1967. Y es que, a mediados de los 60, comienza la crisis de la poesía social. Muchas veces se ve a este grupo de poetas como un fracaso poético y social. Así, a finales de los 60 hay una reacción. Surge una nueva generación que considera la poesía social plana, sencilla e ineficaz: los novísimos. Reciben este nombre por la antología que publican en 1970, Nueve novísimos poetas españoles. Buscan expresarse mediante un lenguaje hermético y culturalista. Si los maestros de los poetas sociales eran Antonio Machado o Miguel Hernández, en este caso lo son Juan Larrea o el norteamericano Ezra Pound.

lunes, 6 de octubre de 2014

"Sueño de Maiakovski", de Juan Bonilla

     Juan Bonilla Gago es un escritor español, ganador del Premio Biblioteca Breve en 2003 y del I Premio Bienal de Novela Vargas Llosa en 2014. Este último premio lo obtuvo por Prohibido entrar sin pantalones (2013), que tiene por protagonista al poeta futurista ruso Vladimir Maiakovski.


  El poema "Sueño de Maiakovski" tiene dos partes bien diferenciadas, que se corresponden con el tiempo pasado y el presente, con lo que el poeta soñaba que sucediera y lo que finalmente ha sucedido. En la primera parte, se presentan importantes ideas relacionadas con la concepción que el ruso tenía de este arte. El ideal de Maiakovski era llevar la poesía a las calles. Pensaba que debía ser una herramienta, algo útil que acompañase a los transeúntes, fuesen quienes fuesen. Esto puede apreciarse en distintos puntos del poema, a través de repeticiones de las siguientes oraciones: "Maiakovski soñaba con el día / en que la poesía se imprimiese en las paredes de la gran ciudad" o "la poesía es útil, soñaba Maiakovski". Además, el autor pensaba que la poesía debía decir la verdad, que debía despertar a la gente de su letargo, o protegerla, según sus necesidades.
   

     En la segunda parte del poema, que comienza con ese "y ahora", vemos "lo que nos queda de aquel sueño". Bonilla deja entrever con cierta ironía que, efectivamente, la poesía ha cubierto las calles de las ciudades, pero en forma de publicidad. Los eslóganes publicitarios comparten muchas características con la poesía, y precisamente por eso cumplen tan bien su función. Penetran en nuestra memoria sin que apenas nos demos cuenta y nos inducen a comprar "cosas que el dinero no puede comprar".